El albaricoque (Prunus armeniaca) proviene del árbol albaricoquero, que a menudo crece libre en fincas de secano abandonadas. Suele ser relativamente rústico, y sus frutos son muy apreciados por su riqueza en azúcares. Aunque el periodo de maduración y cosecha es breve, la posibilidad de ser secados y guardados como orejones, para su consumo durante el resto del año, los hace muy interesantes.
El albaricoquero es originario de Asia central, en la zona comprendida entre el mar Negro y el noroeste de China. Se cree que los griegos lo introdujeron en Europa aproximadamente en el siglo V a.C.
Los albaricoques se consumen principalmente desde comienzos de la primavera hasta finales de verano, y es rico en vitaminas ( A y C), minerales (potasio, calcio y magnesio), y posee gran contenido de betacaroteno y taninos.
Descripción:
Es un árbol de 3 a 6 metros de altura, algo espinoso, con hojas que miden de 5 a 10 cm , y son ovadas, suborbiculares o cordiformes, de margen doblemente aserrado, rojizas cuando jóvenes, con algunas glándulas en la base del limbo. Las flores son solitarias o en fascículos de 2-6, con receptáculo de 5 a 7 mm, tubular, de interior anaranjado y exterior purpúreo o amarillento. Los pétalos miden 10 a 15 mm y son obovados, blancos o de un rosa pálido. El ovario es pubescente y da un fruto de 3 a 6 cm, amarillento o anaranjado, de sabor más o menos dulce.
El albaricoquero suele ser autopolinizante, por lo que en el huerto podemos destinarle un espacio junto a otros árboles, o dejarle crecer solo en un lateral o en un rincón bien soleado.
Propiedades medicinales
- Anticancerígena
- Antihipertensiva
- Antioxidante
- Estimulante
- Laxante
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